Historia de la Odontología -
LA AMÉRICA PRECOLOMBINA - Los Incas
Desde Asia, hace 15 000 años y a través del estrecho
de Bering, llegaron hombres y mujeres que
se asentaron en Centroamérica y Sudamérica,
dando lugar a una multitud de pueblos que compartían
ciertas similitudes culturales. Los más importantes fueron
los aztecas, gente guerrera que residía en la zona que
ahora es el centro de México; los mayas, más pacíficos,
con una cultura muy desarrollada que habitó la península
de Yucatán y lo que es hoy Guatemala y Honduras;
y los incas, pueblo de una cultura muy avanzada que
vivió en la cordillera andina del Perú actual.
Los incas fueron un pueblo altamente desarrollado,
que dominó las tierras altas del Perú y se extendió a lo
largo de la costa, al principio del siglo XV; conquistaron
a otras tribus y como los aztecas, absorbieron su
saber y adoptaron sus costumbres. Fueron brutalmente
conquistados por Francisco Pizarro en 1533 y gran
parte de su cultura fue destruida. Su tratamiento de
las enfermedades estaba íntimamente vinculado a sus
creencias religiosas y la magia era inseparable de sus intentos
por conseguir una terapéutica racional. De esta
manera, aunque la enfermedad era vista como un pecado,
redimible por confesión ante determinados brujos,
empleaban también numerosos remedios de hierbas.
La civilización inca se ha dado a conocer gracias a un
cronista llamado Sebastián Garcilaso de la Vega, que era
descendiente de incas; recogió el tratamiento de los problemas
dentales y bucales, describiendo la eliminación
de material cariado de un diente con un palillo encendido.
La resina del árbol Myroxylon pereirae o bálsamo del
Perú, se usaba para curar enfermedades gingivales y en
casos graves, se empleaba la cauterización. Dejó escrito
que la raíz de una planta se calentaba hasta reblandecerla
y entonces se partía parcialmente en su centro. A
continuación, estando caliente, la apretaban contra los
dientes, aplicando una parte en cada lado de la encía,
dejándola así hasta que se enfriaba. El tejido gingival inflamado
e hiperplásico quedaba quemado para permitir
el desarrollo de un nuevo y sano tejido de granulación.
Al parecer masticaban hojas de coca durante la operación
para aliviar el dolor. Los dientes que necesitaban
extracción eran aflojados primero, aplicando una resina
cáustica alrededor y debajo de la encía desprendida.
A continuación, era presumiblemente arrancado de un
golpe seco de estaca.
Los incas no adornaban sus dientes, pero en Ecuador,
la parte más septentrional que penetraron, se han
encontrado cráneos que muestran mutilaciones a base
del limado de dientes, incrustaciones de oro y lo que
parece ser la inserción de orificaciones en cavidades previamente
preparadas en las superficies gingivolabiales de
los dientes incisivos.